Uno de los más salvajes y solitarios archipiélagos del Mediterráneo, de una belleza incomparable. A poco más de treinta millas, frente a la costa castellonense, aparecen las islas Columbretes, un puñado de islotes de origen volcánico declarado reserva Natural por su singular belleza, su importancia ornitológica y la extraordinaria riqueza de sus fondos marinos.

Un archipiélago de belleza incomparable
El archipiélago se extiende a lo largo de 5 millas marinas, con un total de 19 hectáreas emergidas, de las cuales, 14 corresponden a l’Illa Grossa, donde se localiza el faro de Columbretes y es la única habitada. Los 67 metros de altura de la montaña del Faro representa la mayor altitud del archipiélago.
Tiene un estricto régimen de protección de gran valor para los amantes de la navegación, del submarinismo y de la naturaleza.